Ana Ros y yo. Hisa Franko
Enseguida tuve una sensación muy rara. Como si ella ya me conociera y hubiera cocinado para mí. Sin que lo supiera. No solo conocía mis gustos, sino también mi vida. Sus platos eran un resumen de mí, de lo que
Enseguida tuve una sensación muy rara. Como si ella ya me conociera y hubiera cocinado para mí. Sin que lo supiera. No solo conocía mis gustos, sino también mi vida. Sus platos eran un resumen de mí, de lo que